¿Cuáles son los tipos de disfunción eréctil?
La disfunción eréctil (DE) puede clasificarse en dos tipos principales. La disfunción eréctil primaria se refiere a una situación en la que un hombre nunca ha sido capaz de lograr o mantener una erección a lo largo de su vida. Por otro lado, la disfunción eréctil secundaria se adquiere más tarde en la vida de un hombre que anteriormente tenía la capacidad de lograr erecciones.
Más allá de las clasificaciones primaria y secundaria, los síntomas de la disfunción eréctil pueden agruparse en distintas categorías:
Varios factores, tanto psicológicos como físicos, pueden provocar disfunción eréctil. Los factores de riesgo directos son
Otros factores desencadenantes son el estrés, la depresión, la ansiedad y el consumo excesivo de alcohol.
Factores físicos como la diabetes y las enfermedades renales también son culpables conocidos.
En general, la disfunción eréctil puede atribuirse a problemas de cuatro categorías principales:
Existen estructuras responsables de varios tipos de erección. Entre ellas se incluyen:
Entre los tratamientos para la disfunción eréctil, los fármacos orales o píldoras conocidos como inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 son los más recetados en EE.UU. Algunos ejemplos de estos fármacos son Viagra, Cialis, Levitra y Stendra. Además, existe la opción de los tratamientos con testosterona.
La erección se produce debido a una afluencia repentina de sangre, que hace que el pene se expanda, se enderece y se ponga rígido. La disfunción eréctil, también denominada anteriormente impotencia, interfiere con este mecanismo, impidiendo la finalización o el inicio de la actividad sexual. Aunque la disfunción eréctil puede afectar a hombres de cualquier edad, es más frecuente a partir de los 75 años.
Para un diagnóstico preciso de la disfunción eréctil, es esencial consultar a un médico. El médico evalúa el historial médico del paciente para determinar las posibles afecciones subyacentes causantes de la disfunción eréctil, como las cardiopatías. Los procesos de diagnóstico pueden incluir muestras de sangre y orina para realizar pruebas exhaustivas.
Comprender las distintas facetas de la disfunción eréctil es crucial, tanto para los afectados como para los médicos, a fin de garantizar un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz.